«Una explosión en mitad de la noche iluminó el cielo sobre nuestras cabezas. Nos echamos a las armas.
Al principio pensamos que era fuego de artilleria. Sin embargo el silencio se volvió a adueñar de la fría noche.
Sombras se movian. El cambio de guardia. Ahora me tocaba incorporarme a mi. Tras esperar unos minutos intensos por si se repetia el fuego enemigo, empezamos a salir de nuestras escondites en cavernas, esculpidas en la dura roca.
Había que hacer ser prudentes, estar atentos, por si los perros imperialistas aparecían. Ahora nos tocaba ir a mirar.
Tras andar amparados en las sombras y notábamos como el cielo se azulaba con la llegada del alba. Llegamos a la zona del impacto. La rapidez era nuestra máxima.
Todo estaba en llamas que cada vez tendían a consumirse más y más, hasta apagarse. habia piezas, por todas partes… Parecían restos de una aeronave… aunque no podíamos identificarla ni quien la había abatido, haciendo que cayese en mil pedazos por la zona.
Empezamos a buscar entre los restos, por si había supervivientes o algún contenido especial. no vimos nada ni nadie… hasta que lo encontramos. Unas piezas. muy extrañas. Unas valijas. No sabíamos exactamente que era aquello pero parecían partes de algún tipo de artefacto. Y desde luego parecían de mucho valor.
Empezamos a escuchar el ruido de motores, en la lejanía. Varias direcciones.
— ¡Ya vienen los imperialistas! —Gritó Abbas
— ¿Rusos o americanos?
— Aun no lo distingo. Puede que ambos.
Había que salir de allí. No dudamos en recoger las que pudimos. Sabíamos que los imperialistas iban a llegar tarde o temprano. Había que ser astuto, mas listos que ellos. Y sí, los odiamos a muerte, pero nuestra causa es justa, y aun mayor… y seguro que ambos bandos estarían interesados en hacer negocios con nosotros. Ibamos a jugar bien nuestras cartas… Eso… eso repercutiría en nuestro beneficio.
Los negocios… son los negocios… y nunca se sale limpio de ellos…
—. Diario de Nasser. OpFor.»
Más Información
